lunes, 1 de enero de 2018

Día #1: A Mariña Lucense

Por fin, tras años de aventuras por rincones lejanos y, en algunos casos hasta inhóspitos, Roberto ha puesto pies en tierras gallegas! (que ya iba siendo hora, pensaréis algunos...). Y para esta ocasión nos hemos decantado por las Rías Altas, una zona quizás más desconocida para muchos y donde la climatología siempre juega un papel importante para el disfrute final.
Dentro de las Rias Altas, A Mariña Lucense es una de las comarcas menos conocidas de Galicia, y ya no digamos en pleno invierno. Es un territorio que alterna pueblos marineros, ermitas, playas, acantilados, faros y unos paisajes de ensueño.
Y por aquí diremos adiós al 2017 para dar la bienvenida al 2018.

Hemos empezado el viaje visitando Ribadeo, preciosa localidad lucense, justo en el límite con Asturias. Pero no solo su enclave, con la ría que lleva su nombre, sino por su arquitectura y casco antiguo, bien han merecido el paseo que hemos dado.

Destacan algunas casas de indianos, situadas en mitad del pueblo, y no tanto aisladas como estamos acostumbrados a verlas en Bizkaia, en zonas como Gordexola por ejemplo.

En la Plaza principal el Palacio o Torre de los Moreno, de estilo modernista contrasta con su vecino neoclasico, sede del Ayuntamiento o Concello, con la figura del Señor de Sargadelos.

Nos hemos acercado a su puerto y hemos caminado hasta un rehabilitado cargadero donde las vistas de la ría de Ribadeo eran muy chulas. Además, qué os vamos a decir del tiempo, sol, temperaturas que rondaban los 18 grados y un viento que ya empezaba a dejarse notar, preludio de lo que más tarde nos tocaría soportar.
  
 
 
 

Desde aquí hemos continuado camino por la costa de Ribadeo, pasando por poblaciones pesqueras como Burela (dedicada al bonito ) y  Celeiro (Merluza). 
 
Nos hemos acercado al mirador de Monte Faro  para disfrutar de unas vistas de la Ría de Viveiro.
 
 
  

Y hasta aquí nos hemos desplazado después para pasear por su coqueto casco antiguo medieval, con una bonita Plaza Mayor y puertas de entrada.
 
 
  
   
 
  
 

Una delicia de Villa como deliciosa  su gastronomía!
 

Abandonamos Viveiro por la zona de la Playa de Covas con las rocas Os Castelos como símbolo más característico.
 
 

Uno de los objetivos del día era llegar al punto más septentrional de la península ibérica, el Cabo de Estaca de Bares. Una zona muy expuesta al viento habitualmente y que hoy no ha sido una excepción. Pero acercarse ha merecido la pena. La visibilidad era muy buena y se podían ver la rias de Barqueiro y Ortigueira.
 
 
 
 

El otro objetivo era sentarse en un banco. Pero no en un banco cualquiera, sino en el ‘banco más famoso del mundo’ situado sobre los acantilados de Loiba y que con la luz del día que se iba apagando, han hecho de este momento un autentico regalo..
 
 
 

Y con este recorrido, hemos puesto rumbo a Porto do Cabo, donde teníamos nuestro precioso alojamiento y donde le diremos adiós al 2017.

Seguiremos informando.

5 comentarios:

  1. Hola chicos, os leo con retraso.. pero con la misma ilusión que siempre. Aunque conocida Galicia verla con vuestros novatos ojos es diferente. Besitos

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  2. Hola familia, me alegro que estéis disfrutando tanto. Feliz año y un besazo.
    Las fotos preciosas como siempre.

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  4. Preciosas las fotos desde el banco. Famoso? Sale en las guías?

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  5. Me está gustando ver toda esta zona gallega del norte en invierno, pues la conocía en verano : Celeiro , Cedeira, Estaca de Bares, Ribadeo, Viveiro, etc. pueblos auténticos con un sabor marinero especial y donde se vive del mar , no solo del turismo.
    me ha encantado el lema gallego que citáis de San Andres de Teixido "A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo”

    Buen viaje
    Jose Angel
    Buen viaje

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